miércoles, 1 de octubre de 2008

Camino de Santiago

" No es verdad. El viaje no termina jamás. Sólo los viajeros terminan. Y también ellos pueden subsistir en memoria, en recuerdo, en narración...El objetivo de un viaje es sólo el inicio de otro viaje. "

José Saramago "Viaje a Portugal"
Viajar. Ésa es, sin duda, la experiencia más enriquecedora que se puede tener. Recién llegado de uno de los viajes más increíbles que he realizado a lo largo de mi vida, me atrevo a afirmar que aquél que no viaja, no vive. O, como mucho, vive a medias.
La sociedad moderna nos invita continuamente a la superficialidad, en el sentido más extenso del término. Superficialidad en nuestras relaciones, superficialidad en nuestras valoraciones y, quizá lo más triste, superficialidad en nuestros prejuicios. La consecuencia es tan evidente como preocupante, somos seres vacíos. Pero más aterrador aún es que ni siquiera somos conscientes de ello, a veces porque no tenemos tiempo, a veces porque preferimos no tenerlo...excusas al fin y al cabo.
Sin embargo, viajar es el antídoto que todo lo cura. Compartiendo el día a día con nuestros acompañantes-amigos, que si no lo eran lo acabarán sin duda siendo-experimentamos sentimientos que la rutina se empeña-con demasiado éxito-en aislar en lo más recóndito de nuestro ser. En el mar o en la montaña, en la gran urbe o en la aldea más perdida, eso, créanme, es lo de menos. Viajando, entendí que las fronteras jamás debieron surgir, que las banderas las hondea el mismísimo diablo, y que, siendo diferentes, somos iguales.
Pero, sobre todo, comprendí que la verdadera amistad es algo que muchos nunca podrán saborear, porque ignoran todo lo maravilloso que involucra. Es sobrecogedor lo unido que te sientes a una persona con la que compartiste las alegrías y las penas de un viaje. Durante los días de convivencia se advierten los verdaderos rasgos del carácter de aquél que creíamos conocer a la perfección y que, seguramente, durante el viaje nos sorprenderá en más de una ocasión. Pero, finalizado el viaje-entendido como el traslado, el viaje en sí nunca termina-la relación con los compañeros ha cambiado. Para siempre. Los buenos y malos momentos compartidos nos unen, más allá de la distancia, más allá del tiempo.
El viaje tiene fecha de inicio y, desgraciadamente, de fin, pero los recuerdos son perennes, lo que aprendemos se adhiere a nuestra corteza y ya nunca nos abandona. En ese sentido, el viaje es eterno. Y los amigos, eso espero, también.

8 comentarios:

María dijo...

cuantísima verdad en tus palabras!

La superficialidad y los prejuicios que tanto abundan hoy día, cierran la puerta a maravillosos sentimientos de cercanía y grandeza.
Conocidos y desconocidos, cada uno con unas costumbres y una perpectiva de la vida distintas.
Es grandioso todo lo que puede ofrecer el ser humano a través de la comunicación, verbal y no verbal. Grandioso. Creo que nada puede sobrecoger el alma del mismo modo.

Estaba impaciente de que escribieses algo ya :)

María dijo...

(muy buena la viñeta de abajo "Soy libre", muy buena)

Anónimo dijo...

Estoy muy de acuerdo contigo en la mayoria de tus reflexiones, pero hay una que creo te falta.
Dices:"me atrevo a afirmar que aquél que no viaja, no vive. O, como mucho, vive a medias". Creo que te olvidas que viajar (no me refiero a la imaginación, claro)es algo que podemos hacer muy pocas veces pero vivir, debemos vivir cada dia. El viajar aporta todo lo que tu dices,por supuesto, pero hemos de acostumbrarnos a no esperarlo todo de las situaciones agradables y, por tanto, excepcionales y luchar por sacar jugo a cada momento de nuestra vida y aprender a disfrutar de lo que tenemos a mano. Seguro que vamos a ser mucho menos infelices.

¡Que capacidad tienes para sacarle a uno de esa supeficialidad a la que nos lleva la rutina!

Anónimo dijo...

No sabes lo que os echo de menos desde estas lejanas tierras!!! Un beso y aunq no estuve en el camino, me incluyo en amigos...
Julia

Anónimo dijo...

"Sé el cambio que quieras ver en el mundo."
(Mahatma Gandhi)


No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
(Fernando Pessoa)

María dijo...

Luis...
...escribe algo ya.. porfa!!

Anónimo dijo...

“los trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas. Tienen un mundo por ganar”.
Carlos Marx

María dijo...

Luissssssssssss
Tus lectores estamos ansiosos de tus palabras! que hasta Pablo está actualizando...
andaaa