viernes, 9 de marzo de 2007

La lucha CONTRA los derechos



"Queridísima Pilar:
Por fin llegó la hora final en la que se va a cumplir una sentencia dictada por la incomprensión. Te escribo unas horas antes de dejar de existir no para pedirte mis últimos deseos referentes a nuestros hijos, ni para recordarte tantas y tantas ilusiones como quedan truncadas con mi muerte; te escribo para que sepas que en estos fatales momentos mis recuerdos van hacia vosotros, seres tan queridos a quienes no besaré más, a quienes no veré jamás. Estoy con ánimos. Nunca se miró a la muerte con tanta valentía como cuando se la tiene tan cerca".
El texto que acaban de leer es una carta de un condenado a muerte-condenado sin juicio- durante la dictadura franquista horas antes de ser ejecutado. Me lo han facilitado en un curso de humanidades que estoy haciendo en la universidad(sí,la carlos III también tiene buenas ideas) y he querido compartirlo con vosotros. Me sirve de paso para introducir el tema del post.
Seguramente algunos pensarán que esto es chantaje emocional, yo en cambio creo que es una forma ilustrativa de hacer ver lo insensibles, y lo poco respetuosos con los derechos humanos, que es un cierto sector de nuestra querida España. Un sector que lejos de condenar atrocidades como la de la arriba, intenta por todos los medios que la democracia pone a su alcance evitar que estas víctimas de la barbarie sean recordadas como se merecen.
Que yo sepa, recordar a las víctimas, desenterrarlas de las fosas en donde fueron vilmente olvidadas, no implica reabrir heridas ya cicatrizadas-también sería digno de análisis ver cómo cicatrizaron...- Nadie habla de juzgar a los "cabecillas" de aquellas atrocidades, simplemente de dar a las familias de las víctimas la oportunidad de saber qué sucedió con sus seres queridos. Pero parece que para algunos no todas las víctimas son iguales.
Antaño la gente tenía que luchar por defender sus derechos fundamentales, por garantizarse unas libertades mínimas. Hoy ha aparecido una nueva forma de lucha, que consiste en intentar acabar con los derechos de los demás. Es una práctica que -no me lo negarán- tiene su gracia: un grupo de personas -mucho más numeroso de lo que el sentido común nos haría pensar- se echa a la calle para manifestarse en contra de la concesión de derechos a un cierto sector de la sociedad. Veanse los ejemplos de los homosexuales, los nacionalistas-que no terroristas,según creo no es lo mismo-vascos y catalanes, las mencionadas víctimas del franquismo o más recientemente un preso que agoniza privado de su libertad por escribir sendas cartas ¿incitando? al terrorismo.
Y mi pregunta es, ¿qué se puede hacer contra esto?, máxime cuando no se trata solo de una élite política ni social, sino que sus ideas son bien acogidas,y sus manifestaciones secundadas, por un amplio sector de la sociedad que ve como España se hunde, se fragmenta y la moral de sus ciudadanos se prostituye, y claro, ante esto no pueden permanecer impasibles. Desconozco la respuesta.

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